Sin darnos ni cuenta, sin vernos las caras, queriendo muchas más caricias y cartas escritas, se nos fue el día. Escuchamos mucho Aterciopelados y cantamos con Cerati. Leímos juntos a Fuguet al costado de una calle adoquinada. Apoyados en una palmera me pasaste la cola de un pito manoseado por nuestras manos. Caminamos con ojos cerrados por calles que no queríamos ver. Hicimos más que conocernos en lugares que nunca debimos haber visitado. Trepaste a mi árbol y me lanzaste de allí tu voz. Omitimos lo que decían algunos. Sentimos a Cortázar idearnos un cuento. Escuchamos Talking Heads y nos creímos la muerte. Sentimos que este mundo era muy pequeño para nosotros, viajamos justo sobre el límite. Gritamos 'Here comes your man' demasiado fuerte, y creímos que nada se movía a nuestro alrededor. Tomamos un café cargado con ropas que ya no vamos a usar. Vimos a gente nacer sin ganas y morir emocionados. Crecimos con ellos a nuestro lado, unos nuevos y viejos antiguos. Nos dimos cuenta desnudos que Parra era más que un viejo loco. Pero no pensamos que esto podía acabar. No nos detuvimos a mirar el límite que alargabamos cada vez más. Y seguimos. Estirémoslo hasta el fin. No. Aún no se acaba. Nunca lo hará si es que elegimos lo correcto. Sigamos cantando y leyendo. Sigamos pensando que los dias se acaban uno tras otro, pero siguen ahí. Siguen ahí. Se nos fue el día, pero mañana viene otro que nunca se nos va a terminar.
viernes, agosto 19, 2005
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