lunes, julio 19, 2010

Lo único & lo último

El arcoiris sin color
el río seco, la tarde de otoño
sin el crujido al caminar,
el ruido de la lluvia afuera
de un bar semivacío,
el adoquín solo, olvidado
entre la calle de asfalto.

La corriente en esa esquina
de la plaza, la hoja de cuaderno
caída en medio del verdor,
la bolsa blanca y atropellada,
el tráfico detenido, un niño
sin su madre, la madre sin voz.

El vendedor inadecuado
en su marcha de temor,
la sonrisa última del finado
aún pegada al callejón.

El único punto seco bajo el árbol,
el perro esperando su ración.

Al reverso

Al reverso de la noche
se halla la otra noche,
en el reverso
noche inventada tras el sueño

equilibrado en vendaval
al reverso de gatas que
arrancan en tambaleo

no resulta, no le salta
no le suelta la mirada
al saludo extranjero
y la vidriosa rareza de los labios.

al reverso de la noche canto
sin voz, apenas pensamientos
arrastro el poncho por el barro
canto en luces dentro del párpado.

Aliento de miel

Ya son las cuatro am
siempre el frío se encarga
de recordarme los minutos.
Un encuentro inundó
los rostros de luz, el mío
mejor dicho - de nadie nada sé -

Incertidumbre, momentos mágicos
alegatos a la niebla, libros
libros que suman frases
que son sólo hojas
palabras que dicen todo
o lo intentan esconder,
fallan estruendosamente.
Dedicatorias y ojos olvidados
una mirada que sostiene el tiempo
y a toda la energía solar, pienso.
Lo olvido y con ello un momento.

¿un llanto? palabras
¿un grito? palabras
y yo no sé
que estamos haciendo
en este boliche si podríamos
deshacer el amor en todas las esquinas
y yo no sé
la razón de nuestro silencio
frente a los espejos
ni qué hicimos esa primera noche
¿te acuerdas tú?
Inventamos un lenguaje
que luego olvidamos, escribimos
el fin de la historia
vidas antes de vivirla.

Arrullos, caricias
y un silencio aparente
en tu cocina.
Momentos mágicos, dices
y paciencia,
¿espero entonces otra vida?
y con lo que somos hasta ahora
qué haremos:
sirvientes sin saber.

domingo, julio 04, 2010

Y palabras

Sigue el viento levantando ciudades
y los ojos limpios se nublan a su paso

La edad del árbol es de poca importancia
cuando se tiene tiempo de sobra

El descanso de las sombras en un segundo
se hace fugaz, muere ya el sol.

Porque somos figuras inamovibles,
porque un beso dura una vida,
porque la mano tiene que soltar
algún día la otra mano,
porque nada posee el hombre.

Pañuelo

Ya no nos mira la ventana bélica
que hizo de la noche su morada,
muy elegante la fiesta, se acaba la luz
y a la hora del sol se dar por terminada

Ya no nos mira el caminante borracho
hablaba del castillo, de las sombras
insurgentes, asustado hablaba de placeres
y de un torbellino invisible en su alfombra

Ya no nos mira la triste subida de costumbre
igual al sueño de la peste y los peldaños,
olvidadas entre las últimas paladas de tierra
quedan las modernas simplezas de antaño.

El sueño fue este: no dejar espacio
para desatar el nudo,
no olvidar el sabor del silencio,
no dejarnos las cosas en su sitio.

La realidad fue esta: inventarnos
e inventarnos de nuevo
un sueño.

viernes, julio 02, 2010

miedo

Sí,
quédate