Y en qué quedamos entonces
pues poetas de los noventa
de los ochenta
del siglo veinte
diecinueve
del cambio al último minuto
poetas si se les puede llamar poetas
a los cabros chicos elegidos
a los nunca mencionados
a los organizadores de lecturas
a los olvidados en las cárceles
a los inmaculados de siempre
a las princesas desnudas
a los cabros chicos pero canosos
en qué quedamos poetas malditos
y malditos poetas
antipoetas
(si se quiere)
en qué quedamos
en pelotas quedamos.
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