Sentado en un huracán sentí como pasaba el miedo frente a mis ojos
bebí entumecido todo lo que pude y me tuve que bajar
asustado por precaución, no reuní ni la mitad de las ideas
que debía supuestamente olvidar, le hice asco al reflejo.
Bebí entumecido, las palabras temblorosas y los recuerdos
de otra noche invadieron mi botella de cerveza
vino, vino, cerveza y más vino, esquivando a los que no
saben mirar a los ojos, me puse a dictarle mi vida a una desconocida.
Recé padrenuestros en silencio y con vergüenza
los transformé en mi forma de reclamar
bebí entumecido, con las manos guardadas entre las botellas
puse en otros la responsabilidad de leer poemas sin sentido
Arreglé las versiones de las mentiras que me salvaron
de caer en más mentiras y ahogarme con los excesos
bebí entumecido, el cielo se hizo piadoso
la botella se llenó de agua tibia recién convertida
Superé los meses sin saber cómo, llegó el último día del año
la mesa servida y yo aún esperando al doctor
bebí entumecido las mismas copas rotas de antaño
mi nombre apareció en las listas que nadie jamás leyó.
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