Este poema no es para ti
es para la que dejaste de ser
para la que te convirtió en una
de ellos, de los que desprecio.
He conocido gente como tú
a lo largo de tormentos que
a veces creí, eran alegrías, pero no
eran tormentos de verdad.
He conocido gente igualita
a ti y no me gustan para nada.
No te odio a ti, no. No odio a nadie
- a decir verdad - pero casi
imagino lo que sería odiar a esa
en la que te convertiste.
No hay más personas que tú,
eres la única importante
en la suma y la resta. El amor
de mi vida, puede que le digan.
La memoria compartida, inútiles
serán los nombres.
No existe el perdón
de dios, ni de Dios, ni de ti, ni de nadie.
Seamos sinceros, esto no es
ni siquiera un poema, es una espada
que se clava en mi pecho,
post convencimiento de la derrota,
post asesinato de tu persona.
No busco nada, ni siquiera que leas
aunque sé que tarde o temprano
lo harás y de ti (y de la que te convertiste)
ya no quedará nada.
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