El llanto fue de alegría
animoso por culpable
fui un juguete de tu sonrisa
por segundos interminables
a patadas hice mi vuelta
escupí el rigor de la llegada
cual animal que se despierta
justo frente a la encrucijada
no me dejó tranquilo tu voz
esa noche ahogada en tanto color,
pretendo convertirme en el pintor
de los sueños sin razón
O quizás es esto lo que buscaba
unos ojos que brillan aún sin verlos
una canción lenta para mecer el alma,
el único testigo de otro nacimiento.
domingo, marzo 14, 2010
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