La mosca y su bravura
despertaron al imbécil
que hay en mí.
Animales significativos
de jaulas infinitas
sueltos entre las paredes
de esta grandiosa ciudad.
La ceremonia se vio interrumpida
por el público indignado
traición, decían
castigo, reclamaban
No soporto más
dije yo y mi imbecilidad.
Adiós a las armas
& adiós a la paz
también.
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