El día que se decida todo
se deberán colgar del árbol marchito
sin rumbo, sin ideas
Esperar que el barco ebrio deje el paseo
que me venga a buscar
ojalá de día, bien temprano en la mañana
antes que me duerma
con tanto despistado dando vuelta.
O que venga a buscarme
en un carrito de supermercado,
un líder de oposición permanente
un cantor de micros
un cirujano estético de la tele.
En cualquiera de los dos casos
voy a estar recostado
escopeta en mano
leyendo una edición bilingüe
de ya saben qué.
domingo, marzo 07, 2010
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario