miércoles, marzo 03, 2010

Entre los desangrados a la orilla del mar

(...)donde existía un grito
ahora habita un salar.


Escondida como la sombra,
en el desierto de las cosas
se halla tu propia alma
bajo el sol agonizante.

Escondes la tristeza
dándole la cara al monstruo incesante
cambias de canal, lloras
imaginas tus lágrimas regando sus penas.

Escondes tu cara entre las manos
qué cara, qué manos, ¡qué!
son apenas ruinas dentro del cuadro
retorcido por las llagas.

Escondo la realidad al futuro,
que no se empape de tragedia
sin saber aún lo que es el hambre,
recuerdo el miedo, río fuerte.

Amanece con el ruido de la tierra
llama a la puerta el sordo sol
aullando me vuelvo mecánico
beso el aire, voy desnudo a bailar.

1 comentario:

Lolita Lempika dijo...

Me acordé de algo que leí alguna vez... Cortázar?

Dónde debería haber un grito hay un cuadro, donde debería haber un llanto, una caña de pescar. (algo así)

Hermoso poema. Lágrimas regando penas.

Lo increíble de tus poemas es que nunca los entiendo por completo y los leo una y otra vez intentando ponerme en tus pies y luego me doy cuenta de que no es posible... y con verguenza admito que me siento reflejada en muchas de tus palabras.