Pan y piedra

Blasfemando por las plazas
anhela el olvido de la paz,
chuteando la ternura
de la sonrisa original.

Queda flotando
y no se queja.

Muchacha que vas

No es en la ciudad
donde más te extraño
- pienso en que te extraño -
No son las noches húmedas
y las polillas fieles
quienes me traen tu voz
- pienso siempre en tu voz -
Muchacha que vas y fumas
mutilando con tus ojos el aire
y a mi me llegan las astillas
que me clavan los recuerdos.

Alas sucias

Por noches completas
sin nubes que respirar
el gorrión vuelve a su lecho
canta el canto del muerto
en sus entrañas crece la vida
despechos fugaces que olvidar
unos hijos a quien cuidar
despierta con sueños cayendo
suelta el vuelo hacia la mentira
el gorrión de alas sucias
vuelve a ser aire.

El blanco

Ajeno al manchón del humo
de espaldas, boca cerrada, observas
fluir salvaje la sangre de tu mundo,
el desnudo de los muros antiguos de la tierra.

Ríes en la boca de la desgracia,
acallas toda voz que una vez te dijo
que del cielo no llueve esperanza
respondiste con golpes nunca escritos:

Que mi vida no es mi vida, es del montón
Que la noche es mi refugio
Que el silencio esconde más de una voz
Que en los cerros está lo propio, lo nuestro.

La mano

Es una mañana lenta de lluvia lenta
lentos los pasos de la gente sombría
lento el masticar de ideas sin prisa
las horas duermen también lentas
palpitan los poros secos de las piernas
marcas como grietas de desierto
lenta se mueve rasguñando
-araña escondida en tumba abierta-
pacífica y lenta inaugura
las torpes caricias mañaneras.

Olvida, la mano, su antiguo rumbo
se vuelve arena fina sin permiso
pasa noches sin luz entre muslos
lenta la mano, lenta la mano.

Los enfermos

El último enfermo
se va quedando solo
grita encerrado en su pieza
otros enfermos creen verlo
saltar repetidas veces
desde el techo del edificio
lo oyen llorar
temprano por la mañana
desilusionado
canta despacio
con los ojos cerrados

una fila se forma
sobre su sombra de piernas largas
locos locos locos
cantando despacio
cerrados los ojos

se descubren las cabezas
desgarran sus cuerpos
cantan y son llamados
por los tristes doctores
locos imbéciles rematados

no cesan de cantar
no piensan en callar

Extensión del tiempo

Como si fueses la única de la multitud
el pino milenario en el bosque de antenas
el que te legó ese dolor no fui yo
ni siquiera pensaste que la hora ya era,
ajena a los terrenos de triste color
basta un silencio para verte entera.

Mañana abrirás los surcos antiguos,
lágrimas de juego sobre la arena,
y serán tuyas las sonrisas, tuyos
los guiños fugaces a la carrera.

No se puede defender con sólo escudos.

Te miro fijo, se nos queda la pena
y nadie se da cuenta dónde hubo
ayer calma, hoy se quema la mesa.

De nadie es la verdad

Bañaba su cuerpo con hojas
de árboles de la ciudad,
cada mañana quería ser otra
no dejaba tranquilo al azar.

Cambiaba de nombre las cosas
que más disfrutaba usar,
pintaba sus manos de rosa
figuras disueltas de paz.

Mintiendo se hizo campeona
decía que era verdad
que el cielo era una olla
que los niños sabían hablar.

Despertó una mañana borrosa
en las manos sobraba un puñal
deshizo la noche curiosa
los recuerdos la hicieron llorar.

Huyó por las mismas baldosas
que la vieron un día saltar
en sorbos ocultó su memoria
buscaba su vida borrar.

Encontró refugio en la moda
persiguió el agua del barrial,
manos manchadas de derrota
hundió su cabeza en lo irreal.

Abrió sus ojos, miedosa
puso atención al caminar
olvidó su risa juguetona:
hoy llora despacio al recordar.

Confesiones

Soy como un recuerdo olvidado
una parte del pasado
un fragmento dispersado
perfecto héroe malgastado

Un cantante en mal estado
como lo hacen los durmientes
soy un viejo barco varado,
mala vida de sobreviviente.

Director de orquesta en cada lado
ni millonario ni muy fuerte,
sobre el hombro observado
mi caminar pobre y resistente

No dejarás de verme a tu lado,
soy ya casi un viejo indecente
en sus tierras censurado,
olvida esos sueños con la muerte.

Trozo de piel documentado
duermo en choza de penitente
terrorista de los porfiados
buen amigo de los dementes.

De los cerros alocados
vengo a ser el confidente,
de las moscas sin pasado
el enfermo combatiente.

El inútil de los dados
apostándole a la suerte,
el lector desordenado
ojos tristes y pacientes.

En trance voy bien guardado
como el socio diferente,
esquivo gritos de encerrado
lloro y me hago el valiente.

Solitario

Aluviones se concentran
bajo el sonido tribal
la espera se fomenta
cae un canto fluvial

Entre el cielo y la tierra
azul y verde la mitad
como el fuego desespera
la inquietud es dispar

Calladas

Varado, somnífero,
estupendo el cielo
maravilloso bajo las bocas
de los animales que lo buscan

figuras trascendentales
heroínas de puntos muertos
líneas psicotrópicas
hábitos del viajante experto

con el silencio potente
van tejiendo verdades
pasadas y por pasar
todo está dicho
sobre todo escrito
cuando caiga en las cabezas
lo hemos de ver

De rodillas

Soñé que te llevaba un cuaderno
lleno de poemas recién nacidos
y lo leías y llorabas lento.

eras una luz temblando
decía un poema
hablas como la risa de los pájaros
era de otro el verso

verte así como desnuda
entre el desconcierto del silencio
con el pelo sacado de otro sueño
y las ojos ocultos en la duda

me hizo estallar los horarios
desarmar las construcciones
romper los cuadernos antiguos
deshacer todas las canciones

verte así, el alma arremangada
y las pequeñas manos mojadas
me convierte en tu paciente
que no sabe actuar frente a frente.

Vida privada

Quizá no debí haber escuchado
pero el tipo me llamó
me tuvo ahí cerca
y hay un punto, se sabe
en que uno no puede
simplemente dejar de escuchar

las historias de cama
de la familia de la viuda
de la familia del finado

del finado himself

pienso en necrofilia
y en las palomas uruguayas
de Levrero:
me ilumino

todo por el tipo que se decidió
a nunca tener una vida privada.

Circo místico

animado con guitarritas de palo
y personas de alambre
flexibles a cualquier ocurrencia

deja atrás años y credos
el circo místico no cierra
sus puertas a nadie

que a veces se prenda fuego
se esfumen los sueños
lluevan del humo nuevas ideas

que llegue siempre tarde
a la puesta de sol
o al postre servido con esmero

son cosas que pasan
las que te pasan a ti
y las que me pasan a mi

las que nos pasan a todos
son sólo cosas
que tienen que pasar

Causalidad

Caminar tantas cuadras
pensando en lo que
al final del recorrido hallaré:
una cara igual o casi
a la mía, descansando
de caminar tantas cuadras.

Invierno en Valparaíso

Deja que se nuble el cielo
y que vuelvan a caer lágrimas
como en ese día
que apenas recuerdas
pero recuerdas

subiendo por una escala o bajando
camino, al fin, hasta donde estás.

No existió otra salida, ni en tus bolsillos
ni en las botillerías vacías.
No encontraste nada y eso
que escarbaste como un loco.

Deja que se caigan las gotas
y no las recojas, no
ni siquiera fijes tu vista en ellas.

Acabando

gracias
estuvo rico
podríamos repetirlo
un día de estos.

lo que no me gustó
fue pasar frío y a veces
un poco de hambre,

se puede remediar
con un poco de esfuerzo

aunque le quite la gracia.

Lo de siempre

Cómo van a tener asco
si son cerdos
nacidos en un corral podrido
en plata
Cómo les va a dar asco
a esos extraños
si hace años que no pueden
mirarse tranquilos en un espejo.

Te vi

Mientras su sueño la hacía sonreir
abrió los ojos y me dio un besito
como diciendo buenas noches
como dándose cuenta
de mi real intención
mi doloroso amor
cuando está despierta.

Desapercibido VII

¿Piensas por las noches aún?
¿Recuerdas?

Yo a veces despierto
a veces creo que no estoy
y mi cuerpo eres tú
y tú eres el recuerdo que despierta
en la mitad de la noche
para decirme que no estoy
que no volveré a estar.

Yo a veces recuerdo
se mezclan las imágenes
de lo que pudo ser
y no fue
o si fue ¡y cómo!.

¿Estás realmente
o es sólo el recuerdo?

Parpadeo

Le canta al azar
todos los días
bien temprano,
terminando el día
para gastarse el llanto.

Noche

Van de la mano como dos islas,
parecen infieles y traicioneros;
se miran los surcos que dejan
las lágrimas de reojo.

Vuelven cada noche a soñar
con lo mismo de antes:
agua solvente de recuerdos.

Se detienen frente al camino
que se separa en la sombra,
y estiran sus brazos bajo el agua
para no separarse nunca,
como dos islas silenciosas
que no dejan dormir.