martes, septiembre 29, 2009

De nadie es la verdad

Bañaba su cuerpo con hojas
de árboles de la ciudad,
cada mañana quería ser otra
no dejaba tranquilo al azar.

Cambiaba de nombre las cosas
que más disfrutaba usar,
pintaba sus manos de rosa
figuras disueltas de paz.

Mintiendo se hizo campeona
decía que era verdad
que el cielo era una olla
que los niños sabían hablar.

Despertó una mañana borrosa
en las manos sobraba un puñal
deshizo la noche curiosa
los recuerdos la hicieron llorar.

Huyó por las mismas baldosas
que la vieron un día saltar
en sorbos ocultó su memoria
buscaba su vida borrar.

Encontró refugio en la moda
persiguió el agua del barrial,
manos manchadas de derrota
hundió su cabeza en lo irreal.

Abrió sus ojos, miedosa
puso atención al caminar
olvidó su risa juguetona:
hoy llora despacio al recordar.

1 comentario:

Paulina Fernández Foucher dijo...

Podemos jugar a engañar a los demás, pero lo peor es cuando concientemente, nos mentimos a nosotros mismo.

Saludos Señor N
que esté muy bien =)