Deja que se nuble el cielo
y que vuelvan a caer lágrimas
como en ese día
que apenas recuerdas
pero recuerdas
subiendo por una escala o bajando
camino, al fin, hasta donde estás.
No existió otra salida, ni en tus bolsillos
ni en las botillerías vacías.
No encontraste nada y eso
que escarbaste como un loco.
Deja que se caigan las gotas
y no las recojas, no
ni siquiera fijes tu vista en ellas.
viernes, junio 05, 2009
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