Van de la mano como dos islas,
parecen infieles y traicioneros;
se miran los surcos que dejan
las lágrimas de reojo.
Vuelven cada noche a soñar
con lo mismo de antes:
agua solvente de recuerdos.
Se detienen frente al camino
que se separa en la sombra,
y estiran sus brazos bajo el agua
para no separarse nunca,
como dos islas silenciosas
que no dejan dormir.
sábado, enero 03, 2009
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