Es, en el fondo, un buen hombre. Sabe el significado real del hambre. Vecino de muchos como él, amigo de tantos que ya no están. Todos los días viaja al centro. Ve colgando los informadores en los quioscos, pero no les cree. Dicen que la delincuencia, que los homicidios. Él no lo siente, claro. Ya no roba, ni sus cercanos. Y escuchó por ahí que en Chile se asesina a uno entre cien mil habitantes. No es mucho. Que se viola a siete entre cien mil y que simplemente no se secuestra como para contarlo. Y él le cree a esas voces. No a las de la mañana, no a las de la noche. ¿Por qué entonces dan miedo las noticias? En Chile se roba, él lo sabe. Esa es la delincuencia. Esa es la atrocidad. Pero... ¿En qué pensaba él cuando robaba?, en su familia, claro. A sus cansados veintidos años, su familia le pide peaje para entrar a la casa. 'No vuelvas si no es con plata'. Ahora aprendió a convivir con el resto, aprendió a jugar Xperto y carreras de caballos. Aprendió a levantar sacos y a recibir monedas. Aprendió a andar con libros bajo el brazo. Un tiempo más y saco a todos de ese hoyo, se dice. Él sabe que su viejo padre no aguanta más levantando cartones. Que su madre ni siquiera puede ver borroso como él. Pero aguanta. Y se acuerda del juez que lo perdonó antes de siquiera mirarlo a los ojos, antes de saber su nombre, antes. Y desde allí, de su pieza-living-comedor él lo sabe porque lo vive. Le será difícil encontrar trabajo, le será esquivo el respeto que él tiene por el resto. Mejorar la situación actual no es complicado. Pero pasar al otro lado es distinto. Como dijo Ginsberg, el mundo se divide en ricos y pobres. Estos ñatos han elegido ser pobres, que se cambien al otro bando: que se hagan ricos. ¿Será posible algún día? Si él nació con las manos en los bolsillos, manoseando las pelusas y contando las monedas de diez pesos. ¿Existe esa posibilidad? Acá no, se dice, y camina mirando el cielo allá lejos, esperando quien sabe a quien.
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3 comentarios:
Hola, felicitaciones por tu blog.
Disculpa el off post, pero nos gustaría contarte que tenemos un blog en que tratamos de promocionar este mundo y nos encantaría incorporarte en él, claro si estás de acuerdo. De ser así visitanos en metinca.cl o escribenos a inscripcion@metinca.cl.
Un abrazo.
Yo creo en las posibilidades, siempre hay que tener un poquito de fé aunque sea, por que sino, todos se rendirían de una.
Que bueno tu texto, eso de mirar las cosas desde otra esquina, donde todo se ve tan distinto.
Nadie elige nacer pobre, pero si se puede elegir seguir adelante.
Ahora el tema de la delincuencia es algo que sale tanto por los candidatos y sus propuestas populistas de construir islas y alejar cada vez más las posibilidades de superación.
Hay oportunidades? claro, nosotros, la sociedad, tenemos que abrirlas.
Besitos
Claro... la oportunidad, para nosotros es clara. Pero me pongo a pensar que 'el delincuente' que creció en un ambiente totalmente diferente al nuestro ni siquiera tiene noción de lo que existe fuera de él. De lo que podría llegar a ser. Lo mismo con mucha otra gente que ha visto como su familia por generaciones se ha mantenido en la misma línea económica y educacional. Ya cambia SU realidad.
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