A qué hora llegas, dónde andabas
quién te llamó anoche, cuántas te tomaste
Mira como vienes, mira, mírame
¿quieres que te diga por qué?
Hazme el amor, desesperado, como un lector novicio
como un poeta de cerro
hazme lo que una mujer no puede hacerme
anda a dejarme a mi casa
invítame el fin de semana
mírame, estoy bien
¿dónde duermo yo?
quédate en mi casa
eres un imbécil
esto para mí no es lo mismo que para ti.
¿Cómo te llamas? ¿Quién eres?
De todas, te elijo porque eres quien más
se parece a mí. Todas eres.
Madre sin padre. Hija sin hija.
Rebelde con collar y sin cigarros que fumar
Ayuda del desorden, borrador
de la vida sin leyes ni odiosos recuentos.
Ni una sola lágrima derramaré
un pañuelo sólo para bailar
y celebrar que eres yo - que soy tú - que las nubes
se alejaron, que el surazo llegó antes,
que eres yo, que eres yo.
¿Quién eres?
Todas eres.
Este momento no lo olvidemos jamás.
Esta décima vez que me dices lo mismo,
no la olvidemos jamas, te respondo.
Esta mordida en la espalda
este beso en la frente
este regalo esperando dueño
no lo olvidemos jamás.
Tan iguales en la sombra
esperando afuera de la botillería
zigzagueando el pasto de la plaza
mirando los tacos deslizarse por la pista
y las botellas llenas de otras mesas;
la mirada perdida y nunca más
encontrada, en el fondo del abismo.
Tan iguales ante el vapor
de todas las copas de más
la trampa en la sonrisa, la cosquilla
empapada. Insolente, te muestras.
Tan iguales sesgados borrados
acribillados por nuestras palabras
resumidos y rematados
en el fondo de un bar
gastadas las llagas de la lluvia
y los surcos en la piel.
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