miércoles, septiembre 08, 2010

Obsesión.

A qué hora llegas, dónde andabas

quién te llamó anoche, cuántas te tomaste

Mira como vienes, mira, mírame

¿quieres que te diga por qué?

Hazme el amor, desesperado, como un lector novicio

como un poeta de cerro

hazme lo que una mujer no puede hacerme

anda a dejarme a mi casa

invítame el fin de semana

mírame, estoy bien

¿dónde duermo yo?

quédate en mi casa

eres un imbécil

esto para mí no es lo mismo que para ti.


¿Cómo te llamas? ¿Quién eres?

De todas, te elijo porque eres quien más

se parece a mí. Todas eres.

Madre sin padre. Hija sin hija.

Rebelde con collar y sin cigarros que fumar

Ayuda del desorden, borrador

de la vida sin leyes ni odiosos recuentos.

Ni una sola lágrima derramaré

un pañuelo sólo para bailar

y celebrar que eres yo - que soy tú - que las nubes

se alejaron, que el surazo llegó antes,

que eres yo, que eres yo.

¿Quién eres?

Todas eres.


Este momento no lo olvidemos jamás.

Esta décima vez que me dices lo mismo,

no la olvidemos jamas, te respondo.


Esta mordida en la espalda

este beso en la frente

este regalo esperando dueño

no lo olvidemos jamás.


Tan iguales en la sombra

esperando afuera de la botillería

zigzagueando el pasto de la plaza

mirando los tacos deslizarse por la pista

y las botellas llenas de otras mesas;

la mirada perdida y nunca más

encontrada, en el fondo del abismo.


Tan iguales ante el vapor

de todas las copas de más

la trampa en la sonrisa, la cosquilla

empapada. Insolente, te muestras.


Tan iguales sesgados borrados

acribillados por nuestras palabras

resumidos y rematados

en el fondo de un bar

gastadas las llagas de la lluvia

y los surcos en la piel.

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