La búsqueda incesante
del frío fugaz,
en las mañanas
de verano,
me hace a veces redundar
en pensamientos inútiles,
dichosos pero inútiles;
nadar entre la historia
sabrosa que hoy soñarás,
el color que beberá el cielo,
las otras poetisas están naciendo.
Al fondo del pasillo
el espejo que me recuerda
a Jorge Luis,
hoy particularmente misterioso,
habla en voz baja y dice:
Bolaño se fue mientras dormías;
no llores niño,
ya pasó un lustro.
Belano volverá
con un traje a la moda.
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