desde el vientre se oyeron gemir
la sangre ya no cabe en los cuerpos
tan exaltados están
que no permiten a otros acercarse
tan fuera de sí, tan agitados llegaron
que nadie supo reaccionar
fueron recibidos en hogares míseros
criados con ausencias y paredes
llenas de luces de colores
golpeados con señales ambiguas
alimentados con odio y vino
entre pares no llegan a conocerse
forman tropas informes y bastardas
eligen sus armas desde el empedrado
sienten cómo la tragedia congestiona sus venas
y ya pronto estarán muertos
mucho antes de nuestra muerte
sus hálitos invaden pasillos y calles
las rocas del camino llevan ya sus nombres
tan exaltados estaban
que no renunciaron a quemar todo
como nosotros
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