Envidio a quienes pueden
regalar estrellas y pararse cuando quieren,
sin pensar en los permisos
ni en las prohibiciones,
envidio a los sin sombra,
a la rabia contenida.
Sin embargo yo me río
- aún cuando no hay motivo -
por días enteros. Sobre tus líneas
borradas, sobre tus andenes.
Acaricio tus labios recién dibujados,
leo la misma frase, una y otra vez.
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2 comentarios:
Y yo leo tu post y no entiendo nadie...interessante...
Y seguro alguien te envidia a ti...
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