Robar la lengua rabiosa
justa y arrepentida de respirar
a pata suelta.
Robar las páginas arrugadas,
los miembros amputados
de los poetas anónimos.
Robar un castillo de arena
grano a grano, robar
la reina muerta de la roca.
Robar un signo equívoco
de sensatez, dejar de mirar
la única ventana con luz.
martes, febrero 23, 2010
lunes, febrero 22, 2010
El día que se vuelva café el cielo
y tus ojos viejos olviden
dónde quedó el control remoto,
el día que alguien golpee la ventana
de tu pieza, olvidando tu nombre
llamándote oye,
el día que la mañana sea más larga
y la noche no se aparezca
ni en los sueños de nostalgias,
el día que murmures tus terrores
al oído de un desconocido
ahuyentando las sombras
como esperando la muerte.
Piensas que el sol
se está apagando
cuando eres tú
cuando eres tú.
y tus ojos viejos olviden
dónde quedó el control remoto,
el día que alguien golpee la ventana
de tu pieza, olvidando tu nombre
llamándote oye,
el día que la mañana sea más larga
y la noche no se aparezca
ni en los sueños de nostalgias,
el día que murmures tus terrores
al oído de un desconocido
ahuyentando las sombras
como esperando la muerte.
Piensas que el sol
se está apagando
cuando eres tú
cuando eres tú.
Puedo aquí
Puedo, a veces, imaginar que vuelves
o que nunca quedaron vacías las tardes.
Puedo beber una y otra vez de la botella
desnudo entre las ramas de la vergüenza.
Como un enfermo de la historia,
dejar la ciudad del polvo
y ahogar el silbido del viento.
Puedo decidir por el tiempo, arrojar las sobras
reanudar apenas el paso
con cuidado de no atropellar
las memorias dispersas
por el suelo de madera.
o que nunca quedaron vacías las tardes.
Puedo beber una y otra vez de la botella
desnudo entre las ramas de la vergüenza.
Como un enfermo de la historia,
dejar la ciudad del polvo
y ahogar el silbido del viento.
Puedo decidir por el tiempo, arrojar las sobras
reanudar apenas el paso
con cuidado de no atropellar
las memorias dispersas
por el suelo de madera.
viernes, febrero 19, 2010
Lamentosa
Tal vez escondernos en la sombra
en la esquina sin ruido de bocinas,
hacer el amor en tu casa o la mía
olvidando el minutero que nos persigue.
Tal vez borrachos y con frío
a orillas del edificio viejo
en un callejón desnutrido
tocarnos las manos enrojecidas.
Tal vez llenar calles con lamentos,
bajo los árboles reunir lágrimas
estirar el llanto y comer desnudos
que no se quede nadie hambriento.
Tal vez vigilar que el sol no salga
que el gallo no vuelva a cantar
cuando ya estamos todos despiertos.
en la esquina sin ruido de bocinas,
hacer el amor en tu casa o la mía
olvidando el minutero que nos persigue.
Tal vez borrachos y con frío
a orillas del edificio viejo
en un callejón desnutrido
tocarnos las manos enrojecidas.
Tal vez llenar calles con lamentos,
bajo los árboles reunir lágrimas
estirar el llanto y comer desnudos
que no se quede nadie hambriento.
Tal vez vigilar que el sol no salga
que el gallo no vuelva a cantar
cuando ya estamos todos despiertos.
jueves, febrero 04, 2010
Conversaciones nocturnas
Desenmascarando al potente
se arroja de espaldas en la arena
bulla del pasillo, luz mezclada
con la sombra de la niña.
Olvidando las sesiones
se hace el muerto por turnos
le toca a él levantar
una pared entre las almas
Disecando va en su noche
por las calles de aventura
queda el gusto a mar revuelto
tortura de sonrisas y ojos cerrados.
se arroja de espaldas en la arena
bulla del pasillo, luz mezclada
con la sombra de la niña.
Olvidando las sesiones
se hace el muerto por turnos
le toca a él levantar
una pared entre las almas
Disecando va en su noche
por las calles de aventura
queda el gusto a mar revuelto
tortura de sonrisas y ojos cerrados.
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