martes, junio 19, 2007

El Enemigo Generoso

Magnus Barford, en el año 1102, emprendió la conquista general de los reinos de Irlanda; se dice que la víspera de su muerte recibió este saludo de Muirchertahc, rey en Dublín:
Que en tus ejércitos militen el oro y la tempestad, Magnus Barford.
Que mañana, en los campos de mi reino, sea feliz tu batalla.
Que tus manos de rey tejan terribles la tela de la espada.
Que sean alimento del cisne rojo los que se oponen a tu espada.
Que jamás hayas sido tan valiente como mañana en tu batalla.
Que te sacien de gloriatus muchos dioses, que te sacien de sangre.
Que seas victorioso en la aurora, rey que pisas Irlanda.
Que de tus muchos días ninguno brille como el día de mañana.
Porque ese día será tu último, Te lo juro, rey Magnus.
Porque antes que se borre su luz, te venceré y borraré, Magnus Barford.
Del Anhang zur Heimskringla (1893), de
H.Gering.
Así pensó el mostro Jorge Luis Borges.
Alabado sea.
Quizás se murió y sigue pensando - y forzándonos- .
Quizás no.

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