lunes, noviembre 07, 2005

Hijo, morí

Una enredadera de corbata, un cielo de espejo y una extensa barrera de mentiras es lo que me diferencia de ti. Sólo las puertas que abrí y que nunca cerré por mi afán de correr. Y de recorrer los escritos que habían en las paredes. Copiarlos en mi frente, grabarlos en mi mano. Escucharlos de mí, reirme para ti. Animales salvajes ¿alguna vez domesticados? que no fueron de tu incumbencia, tanto como la decisión del color de tu mundo. Ahora te pregunto, a quién necesitas realmente. A quién amas, a quién odias. You should've heard what i'd seen. Y el mundo cambiaría, el resto sería lo que no es. Sin especulaciones ni vibraciones, el globo reventaría en tu cara cada vez. Manchas de ti por todos lados, restos de ti por ambos caminos. El correcto, el errado. Tú, animal sin color, nunca domesticado. Cuidador sin sabor, jamás envuelto en aire ni alguna vez mojado. Suelta la maldita cuerda, déjalo irse. Déjalo.

2 comentarios:

shei dijo...

Ahora te pregunto, a quién necesitas realmente. A quién amas, a quién odias. You should've heard what i'd seen.


persona a la que le dedicaría ese trozo ... simplemente pasé y me quedó dando vueltas in my mind.

Instantes ~ Fugaces dijo...

Se me vienen miles de imagenes a la mente con tu texto...
Complicado reflesionar y mezcla de sentimientos encontrados.

"Manchas de ti por todos lados, restos de ti por ambos caminos"

Excelente!



Besitos =o***