lunes, febrero 07, 2011

Botella en el mar

Vas diciendo los nombres de todos
menos el mío, vas regalando tu sonrisa
por las calles semi desiertas y tus ojos son los mismos
que eran cuando me mirabas sólo a mí.

Vas diciendo los nombres de todos
menos el mío.

y tu paso es inquietante, pero seguro.
Hueles el viento. Miras el lugar donde debería
estar el cielo, suspendido.

Vas diciendo todas las cosas, menos locura.

Y tu mensaje llega intacto a los oídos
de los transeúntes sorpredidos, se miran
unos a otros, pensando: qué habrá sido de ese nombre
que no nombra, qué habrá sido de esa palabra
que llenó su vida.

Sigues sembrando infamia, reducida
a tus dos o tres paredes manchadas,
recobradas, seguro, de esa noche
en que aprendiste mi nombre
y lo gritaste,
por primera y última vez.

Pez

Golpeo a tu puerta
espero
espero

Golpeo a tu puerta, transpiro.

No estás, pienso, no estás.

Y lentamente bajo del cuarto piso
por esta escala en ruinas, recordando
que hace más de veinte años
que no vives aquí.

Lo olvidarás

Olvidémonos de todo lo que pensamos
alguna vez

olvidemos las miradas, los letreros de las calles,
los árboles y su sombra,

olvidemos la historia que nos contaron
y que nunca creímos del todo

olvida las imágenes pegadas en los vidrios
las certeras máscaras quebradas, el punto medio
camino a la pasividad.

olvidemos los clavos en la pared
y las pulgas de aquel colchón.

olvidemos que fuiste profeta y fue tu culpa
y fue la mía.

olvidemos que nada era verdad, que la felicidad no existe
dentro de esta botella en la que me ahogo.

olvídate tú de mí y yo de ti.

olvidémonos de tratar de entender
nuestras ridículas explicaciones,

otros lo dirán
y también lo olvidarás.